El Instituto Cardiovascular fue la institución que implantó por primera vez en Suramérica un corazón artificial con éxito. Maneja también el corazón artificial externo.
Un promedio de 89 usuarios al año utilizan la técnica de soporte vital artificial conocida como ECMO, aplicada por el IC, centro hospitalario de América Latina que más pacientes trata con esta tecnología.
BUCARAMANGA, Octubre de 2016. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo. Se calcula que en 2012 murieron por esta razón 17.5 millones de personas, lo cual representa un 31% de todas las defunciones registradas en el mundo. Los pacientes, al sufrir este tipo de complicaciones, pueden llegar a una situación en que la terapia médica habitual no es capaz de garantizar su supervivencia.
Por lo anterior, la FCV de Colombia con su Instituto Cardiovascular –IC- que ahora forma parte del HIC-Hospital Internacional de Colombia, en Piedecuesta, Santander, ha centrado sus esfuerzos en perfeccionar la implementación de órganos artificiales que permitan reemplazarlos de manera temporal o definitiva cuando fallan, y así recuperar la salud y la calidad de vida de los pacientes. “Estas son tecnologías muy demandantes en el entrenamiento del recurso humano, y muy exigentes para las instituciones”, señala el director del Programa de ECMO y Corazón Artificial de la FCV, Leonardo Salazar Rojas.
Tras cumplir treinta años de atención especializada a enfermedades del corazón, la FCV con el Instituto Cardiovascular, certificado a nivel internacional por Joint Commission International (JCI), se fortalece hoy como referente para este tipo de procedimientos médicos en América Latina con la utilización de avances tecnológicos como son las técnicas de soporte de vida artificial.
La entidad empezó en 2007 con la técnica de soporte vital artificial conocida como oxigenación por membrana extracopórea o ECMO, por sus siglas en inglés. En la actualidad, el IC es el centro hospitalario de América Latina que más pacientes trata con esta tecnología –un promedio de 80 usuarios al año– logrando los mejores resultados. De igual manera, se ha convertido en centro de entrenamiento para los países más cercanos. “Atendemos pacientes aquí en la clínica o en otros hospitales, que están al borde la muerte por fallas críticas del corazón o de los pulmones. Implantado el dispositivo, sustituye el cien por ciento de la función cardiaca y respiratoria, estabilizando la situación clínica del paciente, y dándonos la oportunidad de buscar alternativas para reparar estos órganos, para reemplazarlos con trasplantes, o con órganos artificiales. La terapia se realiza en personas de todos los rangos de edad, desde recién nacidos hasta adultos”, explica el doctor Salazar Rojas.
Este equipo se incorpora en quienes tienen un riesgo de muerte cercano al 100%, el cual disminuye en un 60 o 70%. El dispositivo ECMO está diseñado para que trabaje durante unas pocas semanas mientras el paciente permanece hospitalizado; si no mejora, se necesitan otras opciones.
CORAZON ARTIFICIAL EXTERNO
Esas otras condujeron a contar con un procedimiento de asistencia ventricular, o corazón artificial externo, aparato que se adapta fuera del cuerpo pero que se conecta al corazón por cirugía, a través de unas ‘mangueras’. “Esto ha permitido que los pacientes que estaban en ECMO, que no recobraban su función cardiaca y que tampoco conseguían un corazón apropiado para trasplante, pudieran extender el tiempo de espera de semanas a meses”, cuenta el médico.
Son 18 niños y 14 adultos los que han sido intervenidos desde 2010 con este método. “Hemos tenido pacientes de menos de cinco kilos de peso, de tres meses de edad, conectados a un corazón artificial externo durante periodos de cuatro o cinco meses; en ese tiempo hemos estado en capacidad de recuperarlos físicamente, nutricionalmente, y de ponerlos en condiciones óptimas para que puedan recibir un trasplante de manera segura”, agrega.
CORAZON ARTIFICIAL INTERNO
Si bien la terapia ha rescatado vidas, el hecho de tener pocos donantes de órganos en Colombia ha incurrido en que algunas personas esperen mucho tiempo con el aparato externo conectado, sin la posibilidad de que les llegue su órgano. Esta razón impulsó al equipo de especialistas del instituto a entrenarse para colocar corazones artificiales internos, con el objetivo de que los pacientes no estuvieran hospitalizados, sino que pudieran retornar a su ritmo de vida normal. Así, en el 2014, el IC fue la institución que implantó por primera vez en Suramérica, el heartmate II, un corazón artificial con éxito. “Son dispositivos hechos para durar muchos años, el primero se injertó en el mundo hace 13 años y la persona está perfecta. Tenemos pacientes en sus casas, en sus pueblos, con un corazón artificial conectado de manera segura y viviendo con normalidad, sin síntomas de enfermedad cardíaca”, asegura Leonardo Salazar. Al día de hoy ya se han hecho en la clínica siete de estas intervenciones a personas que a través de los convenios establecidos con sus diferentes Entidades Promotoras de Salud (EPS), tienen ahora una nueva oportunidad de supervivencia.